El 30 de marzo llegó y con él la cita a nuestra tertulia literaria. Ya estamos asentándonos poco a poco y eso se aprecia en la afluencia de más alumnos y profesores. La verdad es que estamos muy contentos con la presencia de todos ellos. En momentos donde a veces pesa la desazón y la desesperanza en y hacia las generaciones más jóvenes, actividades como ésta, y en especial las reflexiones e inquietudes que se plantean, hacen vislumbrar un futuro alentador.
Entrando en materia, recordamos que la tertulia giraba en torno a la obra de H. Koch, La cena. Las casi dos horas fueron de lo más locuaces y facundas. La obra, da para mucho. A diferencia de anteriores tertulias, los chavales dispararon sus dudas acerca de si ellos serían capaces de delatar a alguien cercano o no. Junto a este tema enjundioso, otros conflictos orbitaban a su alrededor: la patología de uno de los padres, la significancia de la herencia biológica, la política y la moral, las falsas apariencias, la importancia de las mujeres en la obra, la misoginia, el racismo, las nuevas tecnologías... Uno a uno fuimos desgranando cada uno de los temas. Los profesores aportaban su visión más académica, mientras que los alumnos ofrecían experiencias cercanas referentes a temas tratados. Algunos de los asuntos se quedaron sin respuesta, pero como ya hemos comentando en alguna ocasión, no buscamos respuestas a todo, sino dilemas, hipótesis y, sobre todo, reflexiones. Personalmente me quedo con una aportación relativa al tema capital. La justicia no puede ser adecuada a nuestros intereses más cercanos. No podemos arrimarnos cuando mejor nos convenga. La justicia es una, inviolable, y debemos acatarla, nos sea beneficiosa o no. En ella estriban los pilares básicos de la humanidad.
De nuevo agradecer la implicación de los profesores que asistieron y de los que no pudieron por incompatibilidades, y como siempre, a ese nutrido grupo de alumnos que participa de las tertulias y que actúa verbalmente en los conflictos morales y estéticos que tienen que ver con la literatura y, por ende, con la sociedad. Gracias de nuevo.
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